Genera preocupación en la industria el futuro de las obras previstas o en ejecución en Mar del Plata, como el Paseo Costanero Norte, el nuevo edificio del Centro de Salud N° 2, el colector Marcos Sastre y la ampliación de las redes de agua y cloacas, entre otras.
En medio de la creciente preocupación por el futuro de la obra pública, la finalización de diversas intervenciones en curso que están financiadas por el Gobierno nacional hoy es una incógnita, más allá de que varias se encuentran paralizadas o avanzan a paso lento por las redeterminaciones de precios.
Esto se vislumbra, por caso, en el Paseo Costanero Norte, que incluye la reconversión de la carpeta asfáltica en la bicisenda; la puesta en valor del mobiliario; intervenciones paisajísticas; nueva señalización; y recambio de luminarias a LED. La intervención tiene un grado de avance del 86%, pero los fondos están llegando con atraso.
Entre otras, también se destaca el colector Marcos Sastre, una obra de desagüe pluvial clave para los barrios Zacagnini, Estrada, Constitución y Los Pinares que se ejecuta con fondos de Nación. Presenta un estado de avance del 64% pero, ante las últimas redeterminaciones, tampoco se finalizó aún.
En lo que respecta a las obras adjudicadas, no han tenido avances significativos el Corredor Gandhi, en la zona norte, y el nuevo edificio del Centro de Salud N° 2, en el sur. Y entre las que ni siquiera lograron empezar, figuran el nuevo edificio del Jardín Municipal N° 24 y la revalorización de Playa Chica.
Por su parte, Obras Sanitarias ejecuta la segunda etapa del Sistema Acueducto Norte, que financia en un 79% el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa). También la red de cloacas de los espigones 1 y 2 del puerto.
En una de sus visitas a Mar del Plata, el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, especificó que las intervenciones en marcha que realiza el Gobierno nacional en General Pueyrredon contaban con una inversión total de $ 20.431 millones.
Frente a este panorama, en el municipio permanece la duda sobre si el gobierno nacional entrante abrirá algún margen de discusión sobre las obras iniciadas. Y, en caso de que no lo haya, si se rediscutirá el reparto de los fondos que provienen de impuestos con el fin de que las comunas dispongan de recursos para contratarlas por su cuenta.